Como les comentábamos ayer en la nota de la “Plaza de todos”, las construcciones de la fundación tienen un trasfondo y una historia que muchos no conocen porque van sólo a la construcción (lo que de todas formas agradecemos muchísimo), pero queríamos contarle cómo era la Plaza Finlandia antes de que junto Starbucks y el Colegio Finlandia pudiéramos finalmente construir la plaza.
Cuatro puntos donde la gente iba a botar basura –y donde incluso había un gran hoyo especialmente diseñado para eso-, oscuridad en donde adolecentes y adultos iban a tomar y drogarse, un foco de enfermedades debido a la gran cantidad de basura que ahí se encontraba y una sensación de peligro, era lo que muchos de los vecino que participaron de las reuniones previas nos señalaron que era con lo que debían convivir en el día a día, además del tráfico de drogas y prostitución que a veces también se llevaba a cabo.
El Colegio Finlandia llevaba varios años tratando de dar la pelea, tratando ellos mismos de hermosear el lugar –de hecho los árboles que habían plantados habían sido puestos por ellos- por lo que las reuniones y obras previas fueron más de lo normal porque había mucha gente que quería transformar el lugar pero que por motivos de fondos no habían podido. Además, debido a los hoyos que habían en el lugar hubo que taparlos y dejar el lugar preparado para la construcción.
A las reuniones llegaron niños, vecinos, apoderados del colegio. Todos querían participar y cambiarle de una vez por todas la cara a ese lugar al que le tenían miedo. Y fue así como con el apoyo de Starbucks pudimos cumplir ese sueño.
La construcción se llevó a cabo el sábado 27 de abril y tuvo una gran convocatoria por parte de funcionarios de Starbucks, voluntarios de Mi Parque, niños, vecinos y papás del Colegio Finlandia, quienes habían realizado una competencia interna para diseñar un mural para la plaza que la ganó una pareja de pololos del colegio que estaban muy felices y emocionados llevando a cabo su obra y de la distinción que habían recibido por parte de las autoridades del colegio.
De esta manera pudimos cambiarle la cara a un lugar que antes era un foco de enfermedades y vicios por una nueva área verde para Santiago y Chile.
Por si fuera poco, los vecinos, entusiasmados por la remodelación del lugar, fueron a la municipalidad a pedir algunos requerimientos más, como que pusieran más luz en el lugar y que se multara a quienes ensuciaran la plaza, ya que bastante tiempo les había costado dejarla como había quedado.
Agradecemos a todos los que participaron de la construcción: A Starbucks, al Colegio Finlandia, a la Municipalidad de Pudahuel, a los niños, a los apoderados del colegio y a todos los voluntarios que hicieron esto posible.
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