Muchas gracias a toda la comunidad de José Santos Ossa por su entusiasmo y participación en el diseño y construcción de su nuevo espacio de encuentro, a ISA Interchile por su aporte y motivación para hacer realidad este sueño, a la Municipalidad de Freirina por su apoyo en la gestión y mantención de este espacio, a los voluntarios, voluntarias y equipo Mi Parque por toda la ayuda brindada, ¡y a todos y todas quienes fueron parte de este proceso!
El Proceso Participativo
Proceso participativo con la comunidad
“Aquí se unieron dos poblaciones para hacer esto realidad. El sello de este proyecto es la unión y el trabajo en comunidad”, dice Verónica Bascuñán, presidenta de la Junta de Vecinos de José Santos Ossa. El parque Mirador del Silencio está ubicado entre las calles San Francisco y Huanteme, en el sector José Santos Ossa. Antes del proceso de diseño participativo, este espacio era nombrado como la plaza “El Milagro”, la cual carecía de significado por parte de los vecinos y vecinas del sector ya que, en sus palabras, “no tenía conexión con su historia”.
“Esto era un peladero. Había puras piedras y teníamos que tratar de recuperar un poco el espacio. Si bien se había hecho un pequeño parque, era muy frío, no era acogedor. Cuando nos convocaron a los talleres para recuperar este espacio nos pidieron ideas de lo que nosotros queríamos y ahí se optó por que fuera un parque donde pudiera venir la familia, los niños y las niñas, y donde se pudiera compartir”, explica Jeanette Yenque, Tesorera de la Junta de Vecinos Juan XXIII.
La comunidad destacó que su nuevo punto de encuentro debía tener correspondencia con las actividades y significados que se producen en el lugar y su entorno próximo, rescatando el cementerio y la ubicación privilegiada hacia la parte baja de Freirina, como las principales orientaciones de sus dinámicas y trayectos. Así, se propuso cambiarle el nombre a la plaza para darle más arraigo territorial, con algo que tuviera significado para la comunidad.
Dicha reconstrucción social y simbólica de la plaza estuvo marcada por el nuevo sentido del espacio, el cual se enfocó en transformarlo en un lugar de contemplación, para compartir en familia, y de recreación. Los participantes de las comunidades de José Santo Ossa y Juan XXIII concordaron que la población ha crecido con el cementerio, “es el monumento del barrio, es nuestro manto sagrado y parte de la identidad”, comentan.
Estrategias de diseño
Estrategias de diseño
El argumento para trabajar la pausa y contemplación, era su carácter evidente de mirador, además de su relación de vecino con el cementerio comunal: un espacio visitado frecuentemente por todos y todas los habitantes de Freirina. Para mejorar esta relación con la pausa, se dispusieron puntos con sombra conectados por la ruta accesible, generando miradores en distintas zonas de la plaza que miran y se relacionan con el valle y el cementerio. Por otro lado, un aspecto fundamental para el proyecto es el flujo y las circulaciones, ya que es un lugar de paso permanente entre las dos villas. El proyecto mejora esa situación articuladora, agregando iluminación y nuevas zonas pavimentadas, para completar la ruta existente y conectarla con las zonas de descanso y contemplación.
La elección del nombre “Mirador del Silencio” fue aprobada por unanimidad por los vecinos y vecinas y, al mismo tiempo, permitió dotar de un sello identitario que da cuenta de su ubicación privilegiada y los usos que le quieren dar a este nuevo espacio público. A saber, el proceso de diseño participativo se transformó en un escenario para fortalecer la unión entre las dos poblaciones.
Resultados del proyecto
Resultados del proyecto
El diseño del Mirador del Silencio es un proyecto que respeta y aprovecha las materialidades existentes y su condición desértica, generando un espacio que puede proyectarse en el tiempo y considerando una baja mantención, con una vista privilegiada de los colores de Freirina y su sector urbano.
“El primero de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos y mucha gente viene de otros lugares a visitar a sus seres queridos al cementerio. Este espacio de seguro se va a llenar de personas y van a tener un lugar donde tomarse un café, conversar y reencontrarse con sus familiares. También va a ser un punto de encuentro”, destaca Verónica Bascuñán.
Equipo a cargo:
Raymond Álvarez (Encargado de Participación) | Alfonso Abé (Arquitecto) | Daniela Arancibia (Coordinadora) | Rocío Fernández y Consuelo Fredes (Paisajistas)