Entrevista del mes – Hilda Aguilera
Yo soy contadora auditora, siempre en mi vida he trabajado en compañías de seguros en distintas áreas, en inversiones, en gestión, en comisiones y ahora estoy en estudios, con los seguros colectivos, pero casi siempre y casi casi toda mi vida en consorcios. Cumplo 49 el 11 de septiembre, tengo 2 hijos de 13 y de 18.
¿Cómo llegaste a Mi Parque?
Yo llegué porque yo estaba en el Security en esa época, en 2013 más menos y para el día del seguro me llegó una invitación a ayudar en una plaza. Yo la verdad es que había visto un reportaje hace muchos años pero no me metí mucho en el tema. Pero entonces contaron que apadrinaban una plaza, que fuéramos, me entusiasmé y fui. Me acuerdo que nos tocó pintar un muro que eran como árboles y yo me quedé en la volada pinté flores, patitos…después terminé de pintar, me aburrí y me fui a poner pasto, sin tener nada de idea.
De repente vi la foto de cómo era el lugar antes de lo que habíamos hecho y me encantó, porque tú llegas a una cosa que está semi armada pero no cachas cómo era antes ¡Era un peladero! Aparte que yo cuando estaba pintando me encontré con una vecina y me contaba que ella vivía ahí hace muchos años, con sus hijos y sus nietos, y lo que significaba para ella esa plaza. Uno que alejaba las drogas, los volados, el peligro que te asalten; y lo otro, que era rico salir de la casa y ver esa plaza, el verde, todo. Ahí me entusiasmé y como a los dos meses vi en el metro un anuncio y dije ¡Mi Parque no me he inscrito! Y ahí me inscribí.
Empecé a participar más activamente en todas las construcciones… la verdad es que para mi esto ha sido terapéutico, porque cuando me separé pasaba los fines de semana sola, empiezas a rearmar tu vida y esto te llena el alma.
Soy agradecida de la fundación, porque para mí es energizante, siento que estoy aportando algo a la sociedad, a la comunidad, a alguna familia, a un niño, entonces… yo estoy llenando una necesidad, de sentirme útil, y eso me ha servido también para participar en otros voluntariados, te ayuda a organizarte.
¿Cuántas jornadas de construcción llevas?
No llevo la cuenta… hay gente que ocupa las piochas, las credenciales, pero yo no llevo la cuenta, para mí cada una es diferente. Me ha tocado ir a Constitución, a la Florida, a Viña del Mar, Cerrillos, Rancagua… Yo tengo otra manía, en vez de las chapitas, en todas las construcciones me traigo una piedra. De repente estoy ahí, veo una piedra y bum me la echo. Las tengo apiladas en un mueble, para mí las piedras son como un monumento.
¿Qué es para ti la Jornada de Construcción?
Me llena, pienso, esta semana voy a ser útil, es como salir de la matrix del día a día, de la semana, de la oficina, sentirte útil, a mí se me llena el corazón de verdad, es súper sanador porque te das cuenta que no hay nada mejor que dar, aunque suene cliché, es sanador para uno, sentirse útil y ver a la gente, me acuerdo que una vez me tocó una plaza en pintura, y las niñitas llegaban con su mejor facha, zapatillas nuevas… y yo le decía a la mamá por favor anda a cambiarla, pero cachai ahí lo importante que es pa ellos.
Si fueras algo de la Jornada de Construcción, ¿Qué sería?
Un chuzo, porque uno lo ve ahí impávido, fome, pero creo que el chuzo abre caminos, sin el chuzo no podrías hacer mucho, te ayuda a plantar, a abrir vida con la planta, con el árbol, a sacar una piedra, por eso me gusta el chuzo, aparte que es el que tiene la fuerza.
¿Cuáles son tus proyectos favoritos, patios o plazas?
A mí me gustan más las plazas, me gusta más la gente, y últimamente te encuentras con extranjeros en las plazas y son súper conscientes de lo que están haciendo, de que eso es para sus hijos, para que lo disfruten sus niños.
¿Cómo describirías a la Fundación en 3 palabras?
Comunidad es lo primero, verde que para mí es súper importante, y servicio.
Comunidad, porque yo me siento parte de la comunidad de Mi Parque, cuando voy a la fundación, siento que es mi casa y aparte que hacemos comunidad porque nos juntamos con los demás voluntarios, con el vecino, con la gente.
Por otro lado, verde, para mí es muy importante, es lo que se está perdiendo y tenemos que mantenerlo, cuidarlo, y valorarlo porque sin el verde nos vamos a morir todos, verde en general: plantas, árboles, naturaleza, etc.
Por último, servicio, porque uno se pone al servicio de los demás, y personalmente yo creo que eso es lo que más me gusta, sentirme útil poder entregar todo esto que tengo. Además en la fundación se crean lazos y eso como voluntarios eso es lo que nos une, y nos sentimos “parte de”.
¿Cómo ves la fundación en 10 años más?
Me encantaría que fuera grande, ojalá hubiera 10 mil voluntarios, o no, ojalá no hubiera nada de pega aquí en Santiago, y que en 10 años más la fundación estuviera solo en regiones porque ya cumpliste con todo en Santiago y alrededores.
¿Cómo motivarías a alguien a inscribirse como voluntario?
Depende, si es alguien que lo estuviera pasando mal, estuviera con depre o qué sé yo, yo le diría “¿Te quieres sentir bien? Acompáñame y siéntete útil, eso te va a sanar y te va a sacar de toda esa depre que tengai.” Entonces en vez de sentirse víctima, te vas a sentir bien de nuevo, viva. A mí me ha abierto el mundo el tema del voluntariado, ha sido aprendizaje, te da experiencia, te da expertiz en algunas cosas, entonces es como parte de tu currículum de vida.
¿Cómo crees que lo que hace Mi Parque beneficia a las comunidades?
Les ayudas a su calidad de vida, a su sentimiento de pertenencia, ellos dicen “ésta es mi plaza”, a los niños les das una oportunidad de disfrutar, de tener ese verde, que se pueda dar vueltas de carnero, que tenga un juego, un columpio, a que las vecinas tengan sus plantitas y que sientan que su barrio es bonito. Es como el autoestima del barrio, le ayudas al autoestima del barrio, y el barrio es los vecinos, los niños… ayudas a la gente a sentirse útil, porque los voluntarios también se sienten útiles.